9/11/04

Si setecientos millones de monos tuvieran cada uno un interruptor

y ese interruptor pudiera estar encendido (1) o apagado (0), y tuviesen todo el tiempo del mundo, seguramente habria un momento en el cual la secuencia de unos y ceros formaría algo lógico, algo que, por ejemplo, pudiese ser decodificado siguiendo un algoritmo de descompresión de vídeo y otro de audio, y podrían haber hecho... qué se yo?! una pelicula! Brazil, o Los caballeros de la Mesa Cuadrada ( Ni! ) .

Esto viene a que, por una de estas casualidades, puedo estar escribiendo aquí desde el salón de mi casa, sentado en el sofá. Simplemente, los golpes que yo doy en el teclado se transforman en secuencias de unos y ceros, que pasan a través de ciertos procesos de mi sistema operativo, y cuando le de al boton de "publish post", toda esa secuencia pasará, transformada en paquetes, desde la tarjeta de red de mi Licuadora hasta el hub 10/100, de allí al portátil que me han dejado, el cual enruta los paquetes a través de su tarjeta wireless, desde su "sitio estratégico" encima de la tele hasta el punto de acceso que alguien ha olvidado configurar correctamente (gracias). Aqui es cuando le pierdo la pista a mis pensamientos. Se que llegan a algun sitio, pero no se por dónde ni a dónde. Desde que se transforman en ondas de radio hasta que llegan al servidor de blogger son lo mismo y otra cosa, todo a la vez. Ellos saben que yo lo he escrito, yo sé que ellos lo guardan, pero podría ser que los setecientos millones de monos con mucho tiempo libre se estuvieran dedicando a escribir este post....